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La CDMX tiene sed: el agua se nos va al caño

La CDMX tiene sed: el agua se nos va al caño
  • Publishedoctubre 26, 2018

Los cortes de agua del 31 de octubre al 3 de noviembre en la Ciudad de México (CDMX) y el Estado de México se deberán al cambio que se hará de un tubo de acero que sale de la planta Los Berros y que lleva el agua a los grandes sistemas de distribución de Toluca y la CDMX, el cual no ha recibido mantenimiento desde hace 40 años y presenta fisuras.

Este tubo es una muestra pequeña de todo el sistema hidráulico de la Zona Metropolitana que requiere atención inmediata.

Manuel Perló Cohen, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias  A¡(AMC), explica los retos que enfrenta este complejo sistema de abastecimiento del cual dependen más de 20 millones de personas.

Perló Cohen considera que el problema más importante y que se tiene que analizar con una visión a largo plazo es la atención de las fugas de agua, ya que en el sistema de distribución se pierde hasta 40% del total. “Perdemos más agua en fugas que la que extraemos del Sistema Cutzamala, unos 22 metros cúbicos por segundo (m³/s) se pierden y traemos 15 m³/s del Cutzamala, es dramática la pérdida”.

Trabajar de manera sistemática en la reducción de fugas

El doctor en planeación urbano-regional indicó que hay experiencia internacional que hace posible la reducción de fugas. Estambul, la ciudad más poblada de Turquía, redujo sus pérdidas en 50% y Tokio, la capital de Japón, que tenía fugas de 20%, hoy en día registra 5%. “Si en la Ciudad de México logramos reducir fugas en 50% tendríamos 10 m³ disponibles más, así podríamos reducir la extracción en pozos y acuíferos”.

Ante los cortes de agua que se avecinan, es propicio reflexionar sobre el esfuerzo y costo que se realiza para contar con agua potable todos los días y exigir a las autoridades que implementen de manera progresiva un sistema más sustentable que el que se tiene hoy en día, expone Perló Cohen.

“Tenemos un sistema de abastecimiento que ha dependido mucho de fuentes externas, que se inició en el siglo pasado con la idea de disminuir la explotación de los acuíferos de la ciudad. Nuestros depósitos de agua son extraordinarios, pero por cada litro que devolvemos al sistema sacamos dos, hay una sobreexplotación de 100%. Se vio como solución traer agua de las cuencas del Lerma y Cutzamala, mas no ha sido suficiente para disminuir la sobreexplotación”, añade el especialista.

Sin embargo, el investigador apunta que se está lejos de casos extremos como la escasez de agua en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, ya que México cuenta con abundantes recursos hídricos, pero subraya que el problema es que están mal utilizados, mal manejados y no están vistos con una visión a mediano y largo plazo.

El integrante de la AMC indica que la política del agua tiene que ser integral y abarcar aspectos de abastecimiento de agua, tratamiento de aguas residuales, tarifas de mantenimiento del sistema, ya que “muchas veces el problema en la gestión del agua es que se hace separadamente: hay un organismo que da el agua, otro que recibe y distribuye y otro que la extrae, tendríamos que integrar los ciclos del agua y gestionarlos en forma completa”.

 

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Ismael Frausto